El licor de la vida
Cualquier momento puede ser el indicado
ya sea en la luz del día o en la penumbra noche
el mejor lugar es elegido por el destino
o por el cansado andar de nuestros pasos.
No importa cuanto tengamos en el bolsillo
lo único que cuenta es compartir el instante
toda botella se vuelve la mejor compañia
para matar una pena o celebrar un sueño.
Y después de unas cuantas copas vacías
se vuelve a caminar el endeble camino
ya sea el del recuerdo siempre perdido
o el de alegría teñida de melancólica soledad.
Toda nueva aventura tiene un final incierto
sujeto a la voluntad del impredecible licor
la única certeza que se tiene del mañana
es recuperarse de todo lo bebido.